Con una propuesta fresca que a la vez evoca la nostalgia de principios de siglo, la cantante japonesa británica hace su debut mezclando su espíritu más Britney Spears y Evanescence para crear uno de los discos más vanguardistas del pop actual.
Es 2020 y vivimos en un un mundo incierto. Las cosas cambian de un día para otro, las modas, los géneros musicales, todo. No es que sea una mala característica. La globalización también nos ha hecho más abiertos y tolerantes con respecto a esas cosas, a los nuevos sonidos, a los distintos idiomas. Ya no estamos en el 2000, Rina Sawayama lo sabe y lo ocupa a su favor. Es una premisa que va perfecto con su primer álbum de estudio, SAWAYAMA, que lanzó el pasado 17 de Abril de 2020.
A los 29 años, y solo con un EP detrás, RINA (2017), la cantante japonesa-británica quiso traer de vuelta todos esos géneros musicales que fueron comercialmente aclamados a principios de los 2000, pero que la mayoría de las veces eran rechazados por la crítica musical. En una oda permanente a lo que era el pop de Christina Aguilera, las boybands, Britney Spears e incluso el nu metal de Evanescence y Korn, Sawayama hace un perfecto paralelo entre esa reivindicación y su reivindicación personal: ahora valoramos ese pop. Ahora, para ella, también es más fácil valorarse a sí misma en una sociedad que no la juzgue por no ser completamente japonesa o completamente inglesa. Un temas que se toca directamente en este álbum y que le da vida a sus canciones.
El disco, compuesto de 13 temas, explora fuertemente los sonidos que quedaron sepultados entre 1999 y mitad de los 2000. Sin embargo, y muy acorde a su tiempo, juega también con un sonido más futurista y experimental, uno que apunta mucho a un estilo maximalista. En esta ocasión, el pop pegajoso y el rock pesado están de vuelta con uno de los mejores plot twist de la historia: ahora podemos identificarnos con él, ahora todos somos parte de él y de su narrativa. ¿Por qué? Por las letras.
Sawayama hace un estudio sobre sí misma y aunque parezca auto referente le saca una foto perfecta a los jóvenes de hoy y sus problemas personales. Habla sobre su familia, sobre el divorcio de sus padres, sobre terapia, sobre malos amigos y sobre su problema de no pertenecer a ningún lugar por ser una inmigrante. Rina canta a veces suave y a veces a gritos, evocando diferentes géneros y diferentes épocas, pero siempre mencionando el presente y el futuro de una generación que recién puede decir sin vergüenza que necesita ayuda cuando la necesita.
Por si fuera poco, Rina Sawayama igual tiene su rollo con el medio ambiente y la cultura del exceso. En su canción "XS", que es single de este álbum, se burla de la opulencia y de la moda Kardashian, algo que, en sus propias palabras, ha hecho que los jóvenes crean que es necesario comprar algo tan ridículo como agua embotellada. Rina hace sátira en sus letras y en sus videos, algo que la hace indudablemente divertida. Su música también lo es. No se puede pasar mal con sus canciones, independiente de sus letras sensibles.
Bajo el alero del sello discográfico independiente Dirty Hit, que también trabaja con bandas como The 1975 y The Japanese House, Rina Sawayama es capaz de explayar sentimientos sinceros de cosas cotidianas en una forma que explota las mejores características de los géneros que ocupa. Mientras "STFU!" es un himno rabioso que habla de comentarios racistas al mismo tiempo que hace cool algo que no era considerado cool en su época para el mainstream de la crítica musical-una mezcla de Babymetal, Good Charlotte y Pussycat Dolls- y "Love Me 4 Me" es una oda al amor propio que hace referencia al programa Rupaul's Drag Race en un sonido más retro de los 80', "Chosen Family" habla en un género más experimental sobre su amor por la comunidad LGBTQ+ a la que pertenece.
Un poco de todo y de lo mejor. Al final del día, con SAWAYAMA bajo el brazo, Rina explora sus raíces, se cuestiona y se encuentra a sí misma en este mundo que está cada vez peor (como lo menciona en "Fuck This World") mientras le da un nuevo espacio a sonidos que ahora son más apreciados que nunca. Es el trabajo de la nostalgia y la retrospectiva. Trabajo que todos deberíamos hacer mientras cabeceamos los solos de guitarra eléctrica y bailamos coreografías sincronizadas.
Escucha SAWAYAMA el nuevo álbum de Rina Sawayama aquí:
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